martes, 4 de mayo de 2010

LAS MUJERES RESISTIMOS EN MEDIO DE LA GUERRA



A pesar de ser violadas, discriminadas, maltratadas y delegadas a llevar las marcas del dolor y la muerte de nuestr@s hij@s, herman@s y amig@s, seguimos resistiendo a esta guerra…

...pueblo violento, hambriento, lleno de lágrimas, de sangre y muerte, donde hasta los mismos juegos y la tv se encargan de promover la violencia desde nuestros hij@s, dan un imaginario de un país donde priman las armas, donde se consume todo hasta no poder mas, donde solo importa un prototipo de mujer “bella”(plástica) que muestra directamente un mundo consumista y patriarcal, en el que día a día nos han utilizado como objeto sexual para los militares, paramilitares; para el hombre en general. Una carnada para usar y tirar, para procrear como ganado, pariendo hijos que conformaran sus ejércitos de muerte, e hijas que satisfacen sus necesidades, convirtiéndosen en propiedad de ellos, para cocinar, lavar, amamantar, y continuar alimentando este modelo fascista y neoliberal sostenido por la guerra y el consumo, por la acumulación de riquezas en unos pocos y el hambre y la miseria en muchos otr@s.

Siento que una parte de mi cuerpo donde más recae esta guerra son mis manos en ellas recaen las consecuencias de las balas que pasan por mi casa, mi barrio, mi vida, las personas que me dejan a causa de esta violencia, amigos, amigas y familiares que he perdido. No me dejo decaer y sigo con una fuerza inimaginable de continuar creando, construyendo con los seres que me rodean que son mi apoyo y que han estado durante estos años de reconstrucción individual y colectiva.

En Colombia la mayoría de los niños crecen en un hogar sin padre donde la madre tiene que realizar en muchas ocasiones trabajos indignos en los cuales son humilladas y maltratadas física y psicológicamente. Pero contrario a estos hogares, donde existe un padre, no hay siempre familias llenas de convivencia o igualdad de derechos, muchos de los casos pueden ser peores, ya que se ve violencia intrafamiliar, abusos sexuales, explotación laboral en los propios hijos y hasta asesinatos. En los barrios es muy común ver como hay madres que pierden a sus “esposos” e hijos por el conflicto armado que se vive, quedando solas, sin trabajo, sin oportunidades para sobrevivir en este país donde lo que predomina es el modelo capitalista, el dinero, y la única opción en que se ven es vender su cuerpo y su dignidad al peor postor y si se resisten a venderse las asesinan, una muestra de esto son las altas cifras de feminicidios en Colombia.

La mujer ha ocupado en la sociedad durante toda la vida un papel de sumisión y obediencia donde la rebeldía ha sido vista como algo insólito, que debe ser castigada y reprendida por cualquier medio. En el transcurso de los años han habido muchas pensadoras y mujeres que han propendido por una emancipación de su cuerpo para con el hombre y poder practicar libremente cosas como el arte, el deporte, el amor y demás cosas de las que nos han privado, a causa de sus autoritarismos.

En este país donde se ven todos los atropellos antes dichos, opto por una liberación a través de EL ARTE como forma de rechazo pero también de resistencia a la guerra y a este país militarizado, injusto, opresor, clasista, ah! ya me dio rabia, pero bueno, continúo, creo que con el arte puedo canalizar muchas cosas, aprender de mi misma en un entorno el cual construimos poquito a poquito pero que se van logrando muchas cosas a partir de la ayuda mutua y de una visión de cambio colectivo.

Cuando hablo del ARTE pienso que es una hermosa forma de que mi cuerpo se comunique , en este veo reflejado todo mi ser y es desde allí donde reivindico que una de las expresiones del arte es el teatro, en el cual todo mi energía se expande por medio de mis pies, manos, cuello, voz, mi mente y mi corazón, llevándome a un nivel de excitación y desfogue…

Cuando hablo de GUERRA solo se puede pensar en la ignorancia de la humanidad.



CARLOS Y TAMA…

NO PODRÉIS PARARNOS. La lucha anarquista revolucionaria en Italia... Alfredo Maria Bonanno

NO PODRÉIS PARARNOS. La lucha anarquista revolucionaria en Italia

Dios Y El Estado